Voces del MAR
La travesía del St. Louis
🌊 El viaje que la humanidad no puede olvidar: Testimonio de Gerda B. Wilchfort
En mayo de 1939, 937 pasajeros judíos, huyendo del terror nazi, abordaron el transatlántico St. Louis en busca de un nuevo comienzo. Llenos de esperanza, zarparon desde Hamburgo, Alemania, pero fueron cruelmente rechazados por Cuba, Estados Unidos y Canadá.
Lo que debía ser un refugio, se convirtió en una de las tragedias más desgarradoras del Holocausto.
🚫 Aunque la embarcación llegó a La Habana con la esperanza de refugio, solo 28 pasajeros pudieron desembarcar. El resto quedó atrapado en alta mar debido a una combinación de burocracia, racismo y presiones internacionales.
📸 Fuente: MS St. Louis. Wikipedia
¿Por qué Cuba les cerró las puertas?
1- Decisiones políticas: El presidente cubano, Federico Laredo Bru, promulgó un decreto que invalidaba los certificados de desembarco expedidos recientemente.
2- Barreras económicas: Se exigía una fianza de $500 dólares, algo que la mayoría de los refugiados no podía pagar.
3- Presión de Estados Unidos: El Departamento de Estado norteamericano influyó para que Cuba rechazara a los refugiados, argumentando que las cuotas de emigrantes de Europa central ya estaban cubiertas.
4- Oposición pública: Una manifestación masiva de 40,000 personas, organizada por el partido nazi cubano, aumentó la presión social en contra de los refugiados.
5-Temor al aumento de refugiados: Las autoridades cubanas temían que aceptar al St. Louis motivara la llegada masiva de judíos huyendo del régimen nazi.
📸 Fotos: Archivo personal del autor.
El rechazo que condenó vidas
Estados Unidos, al igual que Canadá, negó la entrada a los pasajeros del St. Louis. Desde la cubierta, los refugiados podían ver las luces de Miami, una imagen que simbolizó la esperanza frustrada.
¿Qué pasó con los pasajeros?
Tras ser rechazado en América, el St. Louis regresó a Europa, donde varios países aceptaron dividir a los refugiados:
Gran Bretaña: acogió a 288 pasajeros. Los Países Bajos: admitieron a 181 pasajeros. Bélgica: dio refugio a 214 pasajeros. Francia: aceptó temporalmente a 224 pasajeros.
Tristemente, la invasión nazi de Europa Occidental en 1940 resultó en la deportación de muchos de ellos a los campos de concentración. La indiferencia global selló el destino de cientos.
Un legado de lecciones 📜
El viaje del St. Louis nos recuerda que la indiferencia puede ser tan peligrosa como el odio. En tiempos de crisis, la compasión y la acción humanitaria no son opcionales, son una necesidad.
💡 ¿Qué podemos aprender? Hoy más que nunca, estas historias nos llaman a ser aliados de los oprimidos, a actuar frente a la injusticia y a reconocer el impacto de nuestras decisiones como sociedad.
Más sobre el St. Louis:
. Testimonio de Gerda Blachmann Wilchfort
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